viernes, 24 de octubre de 2008

Que paso cuate

Atropellaron a Chabelo

El actor Xavier López "Chabelo" continúa bajo observación médica, luego de que hace unas horas fue atropellado, mientras intentaba cruzar la avenida de los Insurgentes en la Ciudad de México.

Alrededor de las 15:20 horas, se suscitó el accidente que ocurrió a la altura del Teatro Insurgentes y minutos después el artista fue recogido por una ambulancia que lo trasladó a un nosocomio al sur de la ciudad.

Según reportes del médico Rafael Vázquez, los signos vitales del actor son estables desde el momento de su ingreso, y actualmente se le practican algunos estudios para descartar posibles lesiones, debido a que presenta un fuerte dolor en el pecho a causa del golpe que recibió.

López llegó consciente al hospital y fue ingresado al área de urgencias, en la que no se han querido dar más detalles al respecto y en algunos de los casos se ha insistido en negar la presencia del actor, con unas cinco décadas de dar vida al eterno niño de la televisión, "Chabelo".


Sin embargo, ha trascendido que Xavier López "Chabelo" otorgó un donativo a la Cruz Roja por la cantidad de 600 pesos, tras su llegada al hospital. A su lado se encuentra su hijo Xavier López Miranda, quien está al pendiente de la evolución de la salud de su padre, y se espera que en unas horas otorgue algunas declaraciones para dar a conocer la salud de "Chabelo".

Según reportes médicos, los signos vitales del actor son estables desde el momento de su ingreso y se le practicaron estudios para descartar otras lesiones, ya que presentó un fuerte dolor en el pecho. El actor fue llevado a un hospital de la Cruz Roja al que dio un donativo de 600 pesos.














Pobrecitos amierdicanistas, les atopellan a su indiolo y nosotros los atropellaremos también el domingo. Orale pinchis guilas a chingar a sus madres.


lunes, 20 de octubre de 2008

Les Petites Écolières



Tendría tal vez 10 años, lo que es seguro es que no pasaba de los 12 ya que todavía no terminaba la primaria. Solía andar con mi amiga Marisol quien ya estaba en la secundaria y era más grande que yo, más alta, con abundante cabello chino de color güero de rancho, todo maltratado y opaco como si nunca se lo lavara, además siempre llevaba el uniforme de la secundaria técnica donde estudiaba, yo aborrecía ese chaleco color café cucaracha y la falda de cuadritos grises, Dios me libre de entrar a un colegio de gobierno, pensaba, además de esos horrorosos zapatos de suela de goma transparente. A Marisol no le importaba mucho como se veía, las medias todas guangas, no le preocupaba para nada su apariencia, lo único que le importaba eran los chicos. Yo, al contrario, llegando de la escuela y después de hacer la tarea, me ponía las mayas verdes que tanto me gustaban y un vestido corto de flores psicodélicas, me hacía una cola de caballo con fleco al frente y me salía a dar la vuelta por la manzana en mis patines en línea cuando todas las demás todavía usaban de los de cuatro llantas. A mí me gustaba juntarme con Marisol porque siempre me contaba cosas que ninguna de mis otras amigas habían vivido; cómo se besaba con su novio y se metían a su casa porque nunca estaban sus papás y se fajaban en el sofá de la sala y se tocaban sus partes prohibidas. Una vez me platicó que se la había chupado a su novio y yo toda emocionada le preguntaba que cómo se sentía y ella decía que nada, que era como estarse lamiendo un dedo de la mano.

Ya sé que yo estaba chiquita pero desde más chica todavía, siempre estuve interesada en las cosas que tuvieran que ver con el sexo. Cuando mis papás rentaban alguna película en el videocentro y venía alguna escena donde “lo hacían”, ellos nos pedían que yo y mis hermanos nos tapáramos los ojos y adelantaban la cinta, pero yo siempre me levantaba temprano al día siguiente para ver la escena que no nos dejaron ver, casi nunca se veía nada, solo parejas besándose con la lengua y encimándose bajo las sábanas, a veces se le veían los senos de las muchachas y muy pocas veces desnudos frontales donde la chica enseñaba los bellos de su vientre y yo me preguntaba cuándo me iban a salir a mí, cuando me iba convertir en una mujer. Pero lo que yo realmente quería ver era el pene de los hombres y nunca se me hizo, hasta esa tarde en que fui a buscar a Marisol para que me platicara sus últimas aventuras con Fernando. Él llegaba a checar por la noche porque iba en el turno de la tarde, no era muy guapo pero siempre traía el carro que le prestaban sus papás y se vestía chido, siempre tenía tenis LA Gear nuevos, blancos y limpios, pantalones Levis 501 y el cabello castaño lacio con corte de honguito, además era buena onda, a pesar de que yo era una chiquilla latosa, no le importaba que estuviera con ellos; yo no sé por qué se le gustaba Marisol, era una fodonga, aunque estaba bonita, no se cuidaba y comenzaban a salirle un montón de espinillas en la cara y estaba subiendo de peso, la adolescencia no le sentaba bien, su cuerpo se estaba transformando en el de una marimacha, mientras que el mío seguía siendo el de una niña, toda flaquita, con el cabello lacio, lacio como baba, sin senos y sin pelos en el pubis.

Apresurada me pidió que pasara, no me quité los patines porque a Marisol no le importaba que dejara las marcas de las llantas dentro de su casa, siempre estaba sucia y había ropa tendida por todas partes, y una pila de cacharros acumulados en el lavatrastes, su mamá era la administradora del condominio y parecía que le importaban más los asuntos de la manzana que tener su casa limpia. Su hermano menor estaba sentado en la sala como esperando impacientemente mi llegada. Mira, te quiero enseñar algo, me dijo y corrió a la televisión para ponerle play a la videocasetera, tomé uno de los cojines del sofá de madera y me senté en el piso porque el sillón era bastante incomodo y en la televisión comenzó a verse una antigua película como de los sesentas o de los setentas, no sé; una mujer daba clases en una escuela para señoritas, bueno ninguna de ellas tenía edad como para estar en el colegio porque se veían ya grandes, no como Marisol ni mucho menos yo, y la maestra, que era una rubia que llevaba un vestido azul muy bonito, les estaba enseñando algo que no podía entender porque creo que era en francés y la película no tenía subtítulos, creo que era francés porque no entendía nada de lo que hablaban, y no es que yo supiera muchos idiomas ni mucho menos, pero sabía que aquello que estaba viendo era Europeo o de algún país muy lejano, y entonces le pidió a un señor, que no estaba nada guapo, que se sentara en una silla y comenzó a desabrocharle el pantalón y le sacó la verga y sin más, se puso a mamársela. Yo no sabía que hacer, estaba muy nerviosa y volteaba a ver a Marisol que miraba la película como si nada, su hermanito se rascaba los genitales compulsivamente como si tuviera mucha comezón y parecía que no podía acomodarse a gusto. El único pene que había visto era el de mi papá y cuando estaba todavía más chiquita y para nada recuerdo que estuviera tan grande como la de ese señor. Después de un rato que me pareció larguísimo la maestra se quitó el vestido y quedó solamente con unas medias azules que se sostenían con un liguero blanco y comenzó a meterse la cosa dentro de su vagina, se sentaba repetidamente encima de él y las chichis le rebotaban, nos miraba fijamente a nosotros por encima de unos lentes ahumados, casi transparentes, Ray Ban, tipo de aviador como los que usaba mi papá y el cabelló se le mecía en un rítmico compás, hasta que se levantó y con cara de éxtasis comenzó a frotarse la verga por toda su vagina y del pene empezaron a brotar una especie de mocos blancos que se embarraba por todos lados mientras las alumnas de la clase miraban atentamente aquel espectáculo y ponían una cara justo como la que estaba haciendo Marisol en ese momento. Marisol me observaba y luego volteaba a ver pícaramente a su hermanito quién también me estaba mirando, me sentí asustada y excitada y salí inmediatamente de aquella casa.

No salí a la calle el resto de aquella tarde. Les dije a mis papás que me sentía mal, que tenía fiebre, que estaba enferma; y me encerré en mi recamara y puse en la grabadora un casete de Flans mientras mis papás y hermanos cenaban y veían una telenovela de Edith González en el canal dos, quité los edredones de la cama y me metí bajo de ellos, querían pensar en otra cosa pero me la pasé recordando lo que había visto aquella tarde. Una vez que me aseguré de que todos estaban dormidos, encendí las velas aromáticas de mi cuarto y puse un casete de Tracy Chapman de mis papás, tomé uno de mis muñecos de peluche, lo puse justo debajo de mi vulva y comencé a frotarme lentamente mientras recordaba a la maestra sentada encima de ese viejo feo. No podía olvidar lo que había visto aquella tarde, aún ahora no puedo dejar de hacerlo.





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lunes, 13 de octubre de 2008

Muerto por dentro, pero de píe como un árbol



Fui a una fiesta de cumpleaños de una morra que cumplía 23 o 24 no recuerdo, y como es lógico en todas las mujeres, estaba traumada por la cantidad de años que le iba echando a su kilometraje de vida. Lo anterior me puso a pensar (una vez más) acerca de los años que tengo yo y sobre como los he gastado, es decir, hice un balance y creo que salí favorecido. Tampoco quiero decir que me siento pleno y completamente realizado (muy pocas veces me he sentido así) y ni tampoco he cumplido los objetivos que me he planteado, no soy la persona que soñé ser cuando apenas era un jovencito (y mi mama me decía mira hijito) y tengo un poco de resentimientos y envidias en mi ser, pero no son muy difíciles de manejar y puedo vivir con ellas.

Esto es porque en estos días me he sentido optimista y contento, sí, ya sé que al mundo se lo está cargando la Gran Verga (con mayúsculas) y que el dólar y la crisis (no la de Chico Che) y que los muertos en Tijuana y las granadas en Morelia y afuera del cuartel de los cuicos aquí en Guadalajara, que los secuestros y que perdió el Tri de mi corazón y su puta madre, no sé, pueden llamarme apático o indiferente pero eso me tiene sin cuidado, estos días me he sentido optimista y por mí, que el mundo se vaya a la chingada, total creo que ya es momento de que lo haga.

Aunque claro que estoy diciendo todo esto porque me siento contento, pero bien pudiera sentirme del otro lado de la moneda (bipolar como soy yo) y escribir algún post emo-depresivo, alguna historia de borrachos que valen madre o cualquier pendejada obscura y criptica que seguramente estaría mucho mejor que esta sarta de idioteces que están leyendo ahora.

Creo que gran parte de la culpa la tiene la visita de Nine Inch Nails a esta ciudad, puta que chingón, había estando haciendo decidia para conseguir los boletos pero esta viernes pasado por fin lo hice y me costaron 150 pesos más baratos, jejejejeje. La mayoría de las personas que conozco que van a ir para ver a la bandita de moda MGMT de los cuales pasan sus canciones a cada rato en la radio y apenas si conocen a los Flaming Lips y los Stone Temple Pilots no creo que les suene mucho ya que siempre estuvieron bajo la sombra de Pearl Jam. Seguramente iría a ver a cualquiera de los tres si vinieran por separado, pero vienen juntos por un mismo boleto que compré con descuento y me siento muy afortunado por esto.

Yoshimi es Cinta Negra de Karate

Aunque de los Flaming Lips sólo me gustan alguna que otra cancion del Soft Bulletin y el Yoshimi Blatles the Pink Robots que se me hace un disco superchingon y entonces esperaba que su siguiente material estuviera super perro y me sentí un podo defraudado por At War with the Mystics al que en honor a la verdad, no me di mucha oportunidad de escucharlo varias veces y no alcanzó a cuajar. Sin embargo me encanta la onda psicodélica que manejan estos gringos.

Pinche portada rara

En cuanto a los STP, pues no tengo mucho que decir, tengo todos sus discos,que compré cuando salieron, y el Purple (que se me hacía bien chingón que no dijera el nombré en ninguna parte del disco) llegó a ser uno de mis favoritos, sin embargo nunca fui fan radical de estos cabrones y me parece oportunista y huesero que se hayan reunido para una gira del reencuentro. No me malinterpreten, no me quejo, al contrario, así van a tocar puros éxitos y no van a presentarnos ningún nuevo material con canciones que suenen a lo mismo que hace 15 años. Estaría chingón que se aventaran alguna rola de Velvet Revolver ¿no?

Finalmente NIN, chale, ¡Es una de mis bandas favoritas de toda la vida! No sé qué onda con Trent Reznor que siendo un chingonazo, un cabrón congruente en sus acciones y su manera de pensar, que manda a la chingada a los pendejos de su dizque disquera y encabeza la revolución de la música digital, Sí, la encabeza por delante de Radiohead quienes le madrugaron con el lanzamiento gratuito (bueno, cada quien pagaba lo que quisiera pero yo le puse en 0 y me salió gratis) del excelente In Rainbows, pero desde antes Trent ya hablaba de cambios en la industria discográfica. Pero, por qué siendo la persona que es, tan digno de respeto y admiración por gran parte de las personas del mundo, ¿porque escribe letras tan tristes? Lo tiene todo en la vida, incluyendo una obra artística que ha alcanzado la plenitud ¿por qué sigue deprimido?

Trent ensayando en la cochera de su casa

No sé si yo este mal o que pedo pero seguido me encuentro bailando mientras escucho sus canciones, y entonces me preguntan ¿Qué estás oyendo? Nine Inch Nails, contesto ¿Pero por qué estas bailando? ¿No se supone que son darkis o algo así? Pues no sé, digo, es obvio que hay una basé electrónica en su música pero a la mayor parte de la gente no le parece que sea como para ponerse a bailar, tal vez sean las letras oscuras y depresivas, atmosferas densas y viciadas y su voz que se desgarra y sufre en muchas de sus canciones, como sí el pinche mundo se estuviera acabando y yo no pudiera hacer nada más que bailar.



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lunes, 6 de octubre de 2008

Los Pixies sí se chingan a Nirvana

Este post es un comentario extendido acerca del post escrito en el blog del Perro y la Puchona:

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Yo en ese entonces escuchaba mucho Heavy Metal, Metallica, GNR, Antrax, Megadeth, y también a los glam-metaleros de Skid Row, Ratt, Motley Crew y Cinderella (ahh como me cagaban Poison y Bon Jovi). La moda entre la chaviza de ese entonces eran las camisas garigoleadas de colores chillantes, pantalones bombachos y entubados, tenis Reebok Clasic y las mujeres usaban blusas con hombreras, peinados con enormes copetes y doble calcetines siendo uno de ellos de color fosforiloco (que es como le llamábamos a lo fosforecente), aunque ya había mencionado en otros post que yo era un pobre pendejo desadaptado (bueno, todavía lo sigo siendo) y acomplejado, a medio camino entre nerd y rbd (o sea, rebelde) que me la pasaba sumergido en mis walkman sport amarillos y pegado al nintendo (Puta, cambia el walkman por ipod y el nintendo por el Xbox y es la misma chingadera que ahorita) pero se podía sentír que la época de los 80s estaba llegando a su fin, que la moda cambiaba, que la música era otra.


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Pinche gusto por vestirse como señoras


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Party Time, Excellent!!

Los proto grungers de Bill y Ted tocaban las guitarras en el aire y todas esas power ballads (que la neta eran muuuy buenas) de las bandas metaleras comenzaban a ser remplazadas por grupos como los Red Hot Chilli Peppers, Janes Adiction y Faith No More quienes traían una onda más autentica o por decirlo de otro modo, menos farola que los rockeros de ese entonces. Aunque estoy hablando de lo que yo escuchaba, los demás morros de la secundaria, escuchaban a Depeche Mode, The Cure, Informatión Society, Erasure y ritmos más enfocados al techno pop (los más fresas) o Timbiriche y Locomia y demás basura en español que no ha cambiado nada en todos estos años. Con la entrada de los noventas apenas se hacían el cambio al house y el rap comenzaba a ponerse de moda bien cabrón. Se usaron shorts de overoles, pantalones como los de MC Hamer y peinados con copete como Brandon y Dylan de Beverly Hills 90210.


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Chingado ¡que guapos estamos!

Fue ese diciembre de 1991 cuando vi en MTV, al igual que medio mundo, ese himno generacional conocido como “Smell Like Teen Spirit” y se pusieron de moda las playeras de franela, las Dr. Marteens y los pantalones rotos, y en las chavas, las panti blusas, las faldas largas y anchas hasta los tobillos con estampados floridos y las donas en el pelo. A mí en lo personal, lo que más extraño de aquellos tiempos en cuanto a la ropa son las playeras con rayas horizontales Quicksilver.
Y de repente Nirvana era la banda del momento, aparecía hasta en la revista Eres. No sé si fue por llevar la contraria pero a mí no me engancharon de inmediato, tuve que escuchar a Pearl Jam y a Alice in Chains para entrarle de lleno a la música Grunge, y Nirvana me parecía demasiado punk para mi gusto, de hecho hace apenas algunos años que he comenzado a disfrutar su música y me arrepiento enormemente no haberlo hecho en su momento.


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Y luego critican a los emos


Por el contrario, con Pixies, la historia es un poco, me gustaría llamarla, romántica. Un día escuchando el radio (no me acuerdo si fue en Sonido 103, Super Stereo, o Stereo Soul, ya que eran las únicas estaciones que ponían música chida en ingles) pusieron una canción que me encantó en el sentido mágico de la palabra, que exigía completamente mi sentidos, que me enchinó la piel y de haber estado manejando, me obligaría a estacionar el carro para escucharla con todo mi ser. Tenía un sonido un tanto Surferón, con unos coros femeninos cantados como con gueva y despreocupación, una línea de bajo con un ritmo diferente a lo que había escuchado antes, anarmónico, y que fue de los primeros punteos que aprendí cuando comencé a tocar la guitarra, y ya para la parte final de la canción un largo redoble de baterías acompañadas de una voz que quería desgarrarse pero no lo hacía. No hubo ningún locutor que mencionara el nombre de la canción ni a la banda que la tocaba y hasta estuve tentado en llamar a la estación para preguntarle a alguien, pero no lo hice, me prometí no olvidarla nunca. Aún hoy es un tanto difícil escuchar en el radio alguna canción de los Pixies que no sea Where is my Mind, que gracias a Fight Club sacó a los Pixies de esa categoría de bichos raros que compartían con Sonic Youth, así que en aquel entonces no tenía la menor idea ni esperanza de saber a quién pertenecía aquella maravillosa melodía.


Tiempo después escuché otras canciónes de los Pixies porque eran la banda favorita de un bato que apenas conocía y que encarnaba todo el coolness de los noventas y que después se convirtió en uno de mis mejores amigos, “Señorita ven conmigo… vamos a jugar por la playa”, “Hey! been trying to meet you” y la ya citada Where is my mind pasaron por mis oídos antes de descubrir que los Pixies eran los dueños de esa canción que para ese entonces dudaba de su existencia y parecía que la había soñado o algo así.
Fue hasta que me metí de lleno a su discografía que relacioné a los Pixies con esa canción y me volaron la cabeza. Desafortunadamente, ya se habían separado y solo quedaban sus magníficos discos, un par de canciones del Last Splash de las Breeders y un grafiti pintado en una barda en la avenida Guadalupe por donde está la prepa de la Univa.

Por cierto, la canción es Here Comes your Man y la puedes bajar picándole las jeta de Kim Deal o de Frank Black (que no tiene nada que ver con Jack Black ni con Jack White)


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Pixies - Here comes your Man