viernes, 4 de mayo de 2007

ESTOY SOLO



1.- LUNES EN LA PLAZA

Estoy solo… Las cosas ya no son como antes. Hoy no me dieron ganas de trabajar, mejor preferí venir a la plaza a desperdiciar mi vida leyendo el periódico y tratando de escribir algo medianamente decente. Estoy harto de mi trabajo, desearía no haber estudiado una carrera administrativa donde lo más que puedes aspirar es a conseguir un puesto como empleado, y todos son unos mediocres, unos esclavos, voy a ser un maldito subordinado toda mi vida. Debí de haber dejado la carrera cuando me di cuenta de esto, pero ya era muy tarde, el séptimo semestre no es buen momento para rectificar. Mejor me hubiera dedicado a lo que realmente me gusta, escribir… pensándolo bien, habría sido lo mismo, todos mis amigos dicen que escribo bien, pero que muchas veces no comprenden mis poemas, que son muy abstractos, pero yo sé que sí tengo talento, lo que me falta es encontrar a algún lector al que conmueva con mis letras. Además ¿mis amigos qué chingados saben de literatura? Son todos unos ignorantes, basta con ver la basura que leen para darte cuenta, “Conversaciones con Dios”, los de Isabel Allende y García Márquez (cuando bien les va), y pendejadas por el estilo de “Juventud en Éxtasis”, la cual leí porque pensé que se trataba sobre las fiestas raves, tachas y música electrónica. ¿Qué clase de comentarios puedo esperar de ellos? Todos son unos blandengues que se conforman con la vida que llevan, no pelean por nada, se contentan con tan poco, una casa y un auto financiado, esposa e hijos y un aburrido trabajo estable con sueldo fijo y así su vida está resuelta. Pero yo no soy igual que todos.

Y luego mi jefe no me autorizó el aumento que solicité, quisiera darle su merecido; desde hace tiempo que le traigo ganas, como si el maldito trabajo que me acomodó fuera tan importante, un simple trabajo de escritorio en un cubículo de un poco más de un metro cuadrado, enterrado entre papeles. Yo sé que a ese cabrón nunca le he caído bien, cuando mi suegro le dijo que yo trabajaría en la dependencia vi su cara, sus ojos no pudieron ocultar el rencor que sintió por mí desde que nos vimos, pero se lo tuvo que aguantar. No le pareció que yo entrara a la oficina. Me imagino que se sintió amenazado por una persona tan capaz; pero al muy cabrón no le quedó de otra, mi suegro es muy influyente y bien sabemos que el que tiene poder manda, mi suegro mmmm… otro patán, cree que me hizo un favor al conseguirme este estúpido trabajo. Al contrario, yo le hice un favor al casarme con su hija, y el que me diera este empleo era lo menos que podía hacer por mí, bonito trabajo, es una mamada, yo merezco mucho más que esto.

Chingado, apenas son las doce de la mañana y ya me harté de estar aquí. El periódico sólo trae malas noticias, “Brotes de violencia por organizaciones campesinas y obreras exigiendo sus derechos”, ¡Y a mí qué chingados me importa! Suficientes problemas tengo para preocuparme por ellos. Mira toda esa gente caminando por la plaza, muy contentos según ellos, de seguro su vida es más odiosa que la mía y ahí van muy felices, como si nada les preocupara, hipócritas, falsos, ojalá que…

¡NO, condenado chamaco! ¿Qué no ves que mis zapatos están bien? No necesito que un chiquillo chamagoso como tú me los limpie, como si no pudiera bolearlos yo solo.

Pinche escuincle, no sé por qué sus padres no lo mandan a la escuela, prefieren ponerlo a mendigar en las calles en lugar de obligarlo a que estudie para que al menos tenga la posibilidad de ser un obrero como todos los demás borregos que viven en esta asquerosa ciudad, llena de mendigos, limpiabrisas, vendedores ambulantes y toda clase de pordioseros. El gobierno debería de hacer algo con toda esa gente, pero no, mejor prefiere preocuparse por asuntos estúpidos como el aborto y los matrimonios entre homosexuales, no tienen el derecho de imponernos su deficiente moral mojigata y mocha, lo que deberían de hacer es tratar de arreglar los problemas con los proletarios y demás muertos de hambre, bola de güebones.

Ya me enfadé y no sé si quiero regresar al departamento. O me quedo aquí soportando a toda esta sarta de perdedores que no tienen otras cosas más importantes qué hacer que venir a sentarse en esta plaza pública y mirar a la gente pasar, o mejor me largo a mi casa a soportar a mi vieja y a la empalagosa de mi hija. No sé qué chingados hago aquí, mejor me voy a mi casa, de cualquier manera tengo que ir para allá tarde o temprano.

2.- CAMINO A CASA

¿Qué me pasa? Ya no tengo escondites, desearía volver a ponerme mis tenis y mandar a la verga este pinche traje y corbata que tanto me incomoda, en ningún lugar me siento tranquilo. Antes solía reconfortarme el ir a la plaza y sentarme toda la mañana pensando, imaginando mi futuro, pero nunca pensé que sería así, ya nada me consuela. No puedo recordar un sólo momento en el que me la haya pasado bien desde que me casé. Yo sabía que mi vida iba a cambiar con el matrimonio, pero ¿Qué otra me quedaba? No soy ningún cobarde y nunca he huido de mis responsabilidades. Cómo quisiera volver a mis tiempos de juventud, fumarme un churro, hacerme la pinta de la escuela, no llegar a dormir a la casa o simplemente estar con mis amigos sin hacer nada. Pero no, en lugar de eso tengo que llegar a la casa y lo primero que voy a ver será la tonta cara de mi mujer. Pinche bruja, no la soporto, siempre con esa actitud tan tranquila, como si nunca pasara nada, quisiera que me dijera lo que piensa, así como lo hago yo.

Cuando era soltero hacía lo que me venía en gana, me iba a emborrachar con mis cuates y podía acostarme con cualquiera, maldita sea, hasta me dan ganas de llorar de rabia y coraje nada más de acordarme. Ahora ni siquiera me siento atraído por Euri. Ha cambiado mucho desde que éramos novios, por llamar a nuestra relación de alguna manera, porque nunca hubo nada formal entre nosotros y la verdad es que ni siquiera me cae bien. Antes, al menos cogíamos rico, pero ahora, con la niña y los quehaceres de la casa según ella, porque la casa siempre está hecha un cochinero, apenas me hace caso y el sexo es mediocre y rutinario. Siempre supe que era una atolondrada, pero carne fácil a fin de cuentas. De cualquier forma no creo que hubiera conocido a alguna dispuesta a aguantar todos mis defectos. Parece que fue ayer cuando me dijo que creía estar embarazada. Todo mi mundo se desmoronó, no sabía qué decirle a mis padres, demonios, yo era muy joven para una responsabilidad como esa. Recuerdo las caras de mis papás cuando se enteraron, fue una terrible decepción para ellos, nunca vi a mi mamá más triste. Pinche puta, hizo que me alejara de todo lo que tenía, para iniciar una vida insignificante y de carencias a su lado, yo lo tenía todo, pude haber conquistado el mundo; maldita suerte. Ella es la culpable de todo lo que me pasa ahora, me limita, no me deja ser una mejor persona, es un gran peso que cargo sobre mis hombros, tan solo imaginar que voy a llegar a mi casa y ver su estúpida cara hace que se me revuelva el estómago y sienta ganas de vomitar. Esa idiota me causa mucho malestar, me impide pensar, creo que me voy a volver loco, si no hago algo…

—¡Quítese viejo pendejo! ¿Qué no ve que tengo prisa?

Sí, sí, sí, ya sé, la voy a matar y tirar su cuerpo, que se pudra en un baldío, sí, que la basura sea su tumba y que las ratas se la traguen JA JA JA JA JA JA JA JA. Que pinche risa me va a dar cuando vea como le escurre la sangre por su cuello “perdóname amor, perdóname ¿Por qué lo haces?” Me va a decir, pero no le voy a hacer caso, no la voy a escuchar, mejor le voy a dar una patada en el hocico y espero tumbarle muchos dientes y entonces le voy a decir “Estúpida ¿Eres tan pendeja para no darte cuenta de todo el daño que me has hecho? Me quitaste mi vida, has matado toda la esperanza que algún día tuve dentro de mí ¿Ves esta pistola? Maldita asquerosa ¿Recuerdas cuantas veces me pediste que te hiciera el amor y yo estaba muy cansado después de haber trabajado todo el día para que tú compraras tus zapatos, tu ropa, tus pendejadas? ¿Te acuerdas? Pues esta pistola va a ser el último de tus amantes. MUÉRETE, Bang, bang, bang, bang, bang, bang, Click, click, click. Maldito revolver, sabía que debí de haber comprador una automática; la perra aun sigue convulsionándose”. Será todo un placer verla revolcarse en su propia sangre y poder ver sus ojos llenos de miedo, de horror, con esa mirada de alguien que se resiste a morir “Maldita, maldita, no puedes hacerme nada” le voy a decir. No mames, no puedo evitar emocionarme. Ahí está mi edificio, no puedo creer que me haya decidido a hacerlo, me excita la idea de saberme un asesino.

3.- EN LA CASA

Ábreme la puerta estúpida ramera, llevo como media hora tocando el timbre. Ya no puedo esperar más. Quiero ir por mi pistola, llegar a mi cuarto y tirar el colchón al demonio para poder recoger esa pequeña llave que abre el cajón de mi escritorio donde guardo el revolver y así darle en la madre a esta babosa.

—¡Hola amor! ¿Que pasó? ¿Saliste temprano?

Qué te importa y quítate pendeja, ¿no te das cuenta que tengo prisa? Te voy a matar. Que bueno que la niña todavía está en el kínder, la verdad no quisiera matarla a ella también.

—¿Qué tienes? ¿Por qué traes esa cara, te sientes mal? ¿No me vas a hacer caso?

Cállate la boca estúpida, que no quiero ni verte. Tus palabras son sólo como murmuraciones que no puedo entender, como un sonsonete que resuena dentro de mi cabeza pero que no tiene ningún significado, veo que tus labios se mueven pero la ira ha aturdido mi entendimiento, sonidos vacíos que no significan nada. No quiero voltear a verte a los ojos, te voy a mirar después de que te suelte el primer balazo; quiero ver qué cara pones. Tengo que ir rápido por la pistola.

A pesar de que siempre me he quejado del tamaño del departamento, ahora el pasillo me parece eterno, y la fotografía que cuelga en la pared me hace recordar lo inútil de mi existencia, el cuadro de mi boda, el día más infeliz de mi asquerosa vida. Ella se veía feliz, con una prominente barriga que resultaba absurdo ocultar y una boba sonrisa en su jeta.

El cuarto está muy limpio y bien arreglado, como si con eso arreglara los años de sufrimiento que he pasado a su lado. No me importa destender la cama para sacar la llave que esta debajo del colchón, ella ha hecho mi vida un basurero, así que ni siquiera me voy a molestar en acomodar las sábanas ¿Dónde está la maldita llave? Se ha de haber caído con el colchón. Sí aquí esta, debajo de la cama.

Ahora voy por mi pistola al escritorio al cual estuve amarrado por tantas horas para sacar la carrera, ¿y para qué? Para trabajar, para mantener a los parásitos que viven en esta casa ¿Ha valido la pena mi esfuerzo, todo mi trabajo? Todo este tiempo que estuve pensando, que puse mi mente a trabajar para poder ganarme un salario que apenas es suficiente para sostener esta casa, todo ha sido en vano, nadie ha sabido agradecérmelo. Es algo estúpido, no vale la pena encabronarme por todo lo que veo aquí, lo que hay en esta casa me trae malos recuerdos, todos mis recuerdos son malos, y ¿este es mi hogar? Maldita sea mi desgracia… Aquí está mi pistola, preciosa, negra satinada, hermoso instrumento de la muerte, el arma que dará mi libertad.

Con ella puedo disponer de la vida de las personas, tengo el poder de la muerte en mis manos. Que morboso placer es disponer de la vida de los demás, me hace sentir tan superior. Tengo miedo, nunca me sentí tan poderoso, tengo en mis manos una herramienta que sólo sirve para matar, para nada más, únicamente para matar.

Ahora sí voy a matarte, sé que estas en la sala, allí mismo te voy a chingar. ¿Qué ruido se escucha? Oigo voces que no sé de dónde vienen. Cállense, no me importa, no quiero escuchar nada, ¿De dónde vienen esas voces? ¿Qué me están diciendo? “Está mal, está mal”. Yo sé lo que quiero hacer.

Soy un estúpido, las voces vienen de mi conciencia, el maldito cuento moral que me enseñaron desde que era chico y que no me deja hacer lo que quiero libremente, sin culpa. Si nunca me hubieran dicho nada, ahora no tendría conciencia. Soy un estúpido, a la consciencia no se puede callar, pero yo soy más fuerte que ella, que toda la moral del mundo, estoy más allá de eso, mis pasiones son más fuertes. No voy a ser yo mismo quien impida realizar mi propósito, nada va a evitar que la mate. No, las voces no están dentro de mí, parece que vienen de la sala.

Ahí está, con la mirada perdida mirando los idiotas programas de la televisión matutina, echada como una masa inerte sobre el sofá, despreocupada por toda la miseria que ocurre en mi país. El hilo de su tanga de encaje se asoma por encima del mismo mugroso pants que utiliza todos los días, se ve vulgar, corriente, y esa guarrez contrasta con los rasgos finos de su cara de bonita familia de sociedad, fresa, su rostro pálido, casi transparente de no ser por el montón de pecas y su cabello rojo, los labios gruesos que sin pintura parecieran no tener vida.

Guardo la pistola en el portafolio y la agarro por el brazo jalándola fuertemente hacia mí, sus ojos verdes me miran muy abiertos, parece que quisiera decirme algo pero enseguida la beso metiéndole la lengua hasta el fondo de su garganta mientras le agarro desesperado sus flácidas nalgas bajándole el pants y se las rasguño dejando líneas rojas con mis uñas en sus blancos glúteos. La aviento contra el sofá y comienzo a comerle la pucha con todo y calzones, ella trata de apartarme, pero sin mirar, metido entre sus piernas, le suelto una ruidosa cachetada en la cara mientras le meto la lengua en el coño, se lo devoro violentamente lamiéndola por completo, desde el ano hasta la pelambrera roja que corona su suculenta hendidura, empujo sus piernas para comerla mejor y cuando me siento hastiado de su dulzón sabor me levanto sacando mi verga repleta de venas a punto de reventar, la volteo a cuatro patas y se la meto en un solo movimiento, arremeto sus caderas con fuerza haciendo que su cabeza golpee el sillón, la nalgueo con rabia. “Tómala putita, tómala toda pinche perra, eres una puerca” pienso mientras le pego con la mano extendida en sus guangas nalgas. Se la saco de la vagina y con mis dedos abro su boca y escupo dentro de ella, ahora va por el culo. Está apretadito y de un empujón me encuentro en lo más profundo de sus entrañas, siento la cabeza de mi verga rozada por la intromisión, pero eso me excita, desde donde estoy puedo ver cómo le rompo el ano y un delgado hilito de sangre la lubrica y hace que las arremetidas sean más placenteras, la penetro eternamente, un minuto, un segundo, el tiempo no significa nada y nada significa nada. Se la saco y mi miembro esta lleno de restos de su propia cagada. La tomo por la cabeza y la empujo hacia abajo y sin limpiármela se la meto en el hocico, ella parece resistirse, la embisto con fuerza jalándola por los cabellos dentro y fuera, apenas alcanzo a escuchar algunos vahídos de una posible vomitada, pero no me importa, se la saco de la boca y comienzo a masturbarme en sus labios. “todavía no te chorrees por favor” me dice y yo desconcertado termino salpicando toda su cara. Con semen en los ojos continúa mamándomela, pero mi pene no responde, sus palabras decapitaron mi orgasmo, toda mi ira, mi frustración y todos mis sentimientos se desperdiciaron en la eyaculación, ahora no soy capaz de sentir ni de pensar en nada, estoy vacio.

4.- DOS HORAS DESPUÉS.

Mi vida no esta tan mal, todo el problema se encuentra en mí. Hoy nací de nuevo, cada día es la oportunidad de comenzar otra vez. Voy a luchar, a pelear cada día para superarme, para ser quien era antes, recuperar esa alegría por la vida que había perdido, trabajar con todo mi esfuerzo, quiero que mi hija tengan un buen futuro, que estudie lo que quieran, que sea mejor que sus padres. Voy a olvidar todo el pasado, las cosas no están tan mal después de todo.

Mi esposa es realmente bella, hacía mucho tiempo que no la veía bien, su boca es embrujante y sus ojos tienen un brillo que me conmueve, la verdad soy muy afortunado por tener una esposa tan hermosa. Cuando se embarazó sacrificó sus estudios por mí y me siento culpable. Euri no tiene la culpa de nada, es una mujer que está dispuesta a darlo todo, su entrega es total, tanto que hasta me asusta, pero de ahora en adelante voy a ser más atento, se lo merece. Ver como le sirve la comida a mi hija llena mi corazón de ternura, despierta en mí sentimientos nobles que creía incapaz de sentir. Quiero ser mejor cada día, recuperar los sueños que alguna vez tuve, voy a ser mejor ahora que tengo la oportunidad. Voy a hacer algo importante con mi vida, no sé, ESCRIBIR LA MEJOR HISTORIA QUE SE HAYA ESCRITO ALGUNA VEZ.

5.- MARTES EN LA MADRUGADA

Todos mis días están nublados y grises, el único momento que estoy tranquilo es cuando duermo, la gente piensa que soy un guebón, pero no es cierto. Lo que pasa es que por la noches no puedo dormir y todo el día ando con sueño, pero al menos en estos momentos puedo dejar de verle la cara a todo el mundo, por eso siempre espero que llegue la noche, para perderme en mis sueños y dejar de pensar, para no saber de los que me rodean, es hora de meterme a mi mundo, donde no hay dolor, ni placer, ni problemas, ni pobreza, ni ignorancia; quietismo puro, como un feto dentro del vientre de la madre, un mundo sin colores, solo negrura total, ausencia de luz, un aire cálido que conforta todo mi cuerpo y me deja divagar y perderme dentro de mí mismo y de mis sueños una y otra vez, donde doy rienda suelta a mi locura. El mejor momento del día sin duda.

No soporto los pies fríos de mi mujer. A pesar de que todas las cosas están bien ahora y mis demonios internos me han dejado en paz, muy en el fondo no puedo dejar de sentirme angustiado ¿Acaso ese sentimiento es el único constantes por el resto de mi existencia?

Veo la pistola en mi portafolio al sacar mi cuaderno para terminar de escribir estas palabras, y me parece inútil tenerla, soy un cobarde.

Mañana empezará otro asqueroso día. Me siento solo, muy solo.

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