lunes, 24 de marzo de 2008

Limpia tu casa

Había una época en la que me consideraba una persona más espiritual, el canal con el que los seres nos comunicamos con Dios era más limpio y muchas veces sentía que mis pensamientos eran absorbidos por el universo inmediatamente al generarse en mi cabeza, incluso a veces hasta sentía una presencia que me acompañaba y protegía, en fin, me sentía una especia de protegido o hijo favorito de dios. (Andrés García)

Sin embargo ahora no siento nada, no creo que mis palabras ni mis pensamientos lleguen a ningún lado y mucha parte del tiempo me siento solo aun estando rodeado de gente (Ahh Look at All the Lonely People) y la última vez que sentí una presencia protectora fue un instante antes de un accidente automovilístico en la carretera que afortunadamente no ocurrió.

Sin embargo el último día antes de salir de vacaciones llegué a mi casa con una pinche sensación de angustia que no era capaz de consolarse con la mota, las chaquetas o el fútbol, ya saben esa especie de mal del alma al que tan bien se refieren los emos (digo, para usar la palabra tan de moda en este momento), pero el alcohol no iba a quedarse con los brazos cruzados y en un intento inútil por ahogar las penas, minutos antes de caer en la inconsciencia provocada por el sueño y el estupor etílico alcancé a percibir una frase que se sembró en mí como una sentencia de muerte y que decía “limpia tu casa”.

A la mañana siguiente desperté con esa pinche cruda que se ha vuelto habitual cada fin de semana, afortunadamente la cruda moral brillaba por su ausencia, y la angustia había desaparecido, más no así esas palabras que me ordenaban limpiar mi casa. Pero mi casa no esta tan sucia.

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