martes, 12 de agosto de 2008

Hace mucho que no voy al cine solo



Antes era muy común lanzarme a Plaza del Sol una tarde cualquiera, llegar a la librería México para hojear las revistas de Mad, la Heavy Metal y algunos comics importados o bien iba a Casas Wagner o Musical Lemus para ver discos compactos (¡ja!,¡ discos compactos!) y después me metía a ver cualquier función en esos Gemelos Plaza del Sol los cuales ahora solo forman parte del olvido ya que el edificio donde se localizaban ha sido demolido; me sentaba solo en la oscuridad y me ponía mis walkman con un casette grabado con puras rolas chidas y perronas mientras duraban los cortos y comerciales , que antes no duraban tanto, ahora fácil te recetan media hora de comerciales antes de cada película, y luego durante el intermedio; y ya, me regresaba contento a mi casa caminando por la fresca noche habiendo pasado un buen rato conmigo mismo.

Pero pues hace mucho de eso. Si son observadores habrán notado que todavía existían las Casas Wagner y todavía vendían la Heavy Metal en México; y desde entonces muy pocas veces he hecho aquello que tanto me gustaba, después vinieron las idas colectivas con los amigos con quienes me hacía la pinta de la escuela y luego las novias con las que entrabas a ver cualquier película ya que, no sé por qué designio de la vida, el cine se presta para fajar. En ese entonces todavía intentaba mantener esa costumbre y recibía el desazón de mi novia o mis amigos por tener ese hábito tan extraño.
Poco a poco fui perdiendo la batalla y hace años que no voy al cine solo, creo que la última que vi fue Hostel y se me hizo chingón porque me senté a un lado de unas lolitas darkies que me agarraban del brazo cada que pasaba una escena de susto. Pero hoy me levanté con ánimo de volver a hacerlo, aunque la verdad no fue tanto así como que muy de ganas, pinche inercia y costumbrismo al hacer las cosas, muy pocos de mis amigos les gustan las películas de terror (¡No mamen! ¿Cómo pueden no gustarles? Y lo más cura es que se justifican diciendo “no guey, no es que me den miedo es que simplemente no me gustan”, no importa si es de esas películas gore chistositas igual no las ven, chale, pinches nacos) y no hay nadie que quiera acompañarme. La película en exhibición es La frontera del Miedo, de la cual no tengo mayor información más que es una película de miedo que sucede en la frontera y creo que es en onda Hostel que la verdad a mí no se me hizo tan jodida. A ver qué tal resulta ésta, la neta no le tengo muchas esperanzas así que seguramente saldré complacido de la función.


Two Thumbs Up

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